El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un tributo que todo emprendedor y empresario debe conocer a fondo. De hecho, entender cómo funciona este impuesto, sus tramos, deducciones y cómo tramitarlo de forma correcta es crucial para cumplir con las obligaciones fiscales y optimizar la carga tributaria de tu negocio.
En este artículo, te explicaremos qué es el IRPF y cómo gestionarlo de manera eficiente en tu empresa.
El IRPF es un impuesto directo, personal y progresivo que grava la renta obtenida por las personas físicas residentes en España. Este impuesto considera todos los rendimientos, ganancias y pérdidas patrimoniales, independientemente de dónde se hayan generado y la residencia del pagador. A continuación, te presentamos las principales rentas que están sujetas a este tributo:
Rendimientos del trabajo: salarios, pensiones, prestaciones por desempleo, entre otros.
Rendimientos del capital inmobiliario: alquileres, traspaso de locales, entre otros.
Rendimientos del capital mobiliario: intereses, dividendos, seguros, entre otros.
Rendimientos de actividades económicas: empresariales, profesionales, artísticas, entre otros.
Ganancias y pérdidas patrimoniales: venta de inmuebles, acciones, fondos, entre otros.
No obstante, existen algunas rentas exentas del IRPF, como las indemnizaciones por despido, prestaciones de la Seguridad Social por nacimiento o cuidado de menor, becas públicas, entre otras.
Una de las principales diferencias entre el IRPF para autónomos y asalariados radica en la forma de calcular y declarar los rendimientos. Mientras que los asalariados tributan por sus ingresos brutos, los autónomos lo hacen por la diferencia entre ingresos y gastos, es decir, por el rendimiento neto.
Además, los autónomos están obligados a realizar pagos fraccionados del IRPF de forma trimestral, con el modelo 130, y a presentar una declaración anual, con el modelo 100. En cambio, los asalariados no realizan pagos fraccionados y su IRPF se retiene mensualmente en la nómina.
Como hemos indicado, el IRPF es un impuesto progresivo, es decir, a mayor base imponible, que es igual a los ingresos menos losgastos deducibles, mayor será el tipo impositivo aplicado.
Para el año 2023, los tramos y tipos de gravamen del IRPF a nivel estatal son los siguientes:
Teniendo en cuenta la tabla anterior, vamos a ver un ejemplo de cuánto tendría que pagar un autónomo con una base imponible de 30.000 €:
19% sobre los primeros 12.450 €: 2.365,50 €
24% sobre los siguientes 7.750 €: 1.860,00 €
30% sobre los restantes 9.800 €: 2.940,00 €
La cuota íntegra total sería de 7.165,50 €.
Si eres asalariado, puedes conocer las retenciones del IRPF de tu nómina con la calculadora de IRPF del Banco Santander.
Para reducir la carga fiscal, los autónomos y empresarios pueden aplicar diversas deducciones y reducciones en su declaración del IRPF. A continuación, te presentamos algunas de las más relevantes:
Deducción por inversión en empresas de nueva creación. Permite deducir el 30% de las cantidades invertidas en la suscripción de acciones o participaciones de empresas de nueva creación, con un máximo de 60.000 € anuales.
Reducción por inicio de actividad. Los autónomos que inicien una actividad económica pueden reducir su rendimiento neto en un 20% durante los dos primeros años, con un límite de 100.000 € anuales.
Deducción por gastos de suministros. Los autónomos que trabajan desde casa pueden deducir un 30% de los gastos de suministros, como la luz, el agua, el gas, el teléfono o internet, en proporción a los metros cuadrados destinados a la actividad.
Para aplicar estas deducciones y reducciones, es fundamental cumplir con los requisitos establecidos y contar con la documentación justificativa correspondiente.
La declaración del IRPF se presenta anualmente entre abril y junio del año siguiente al ejercicio fiscal que se declara. Por ejemplo, la declaración del IRPF de 2022 se presenta en 2023. A continuación, te explicamos el proceso de tramitación:
Reúne la documentación necesaria. Es fundamental recopilar toda la documentación relevante para la declaración, como facturas, recibos, certificados de retenciones, entre otros documentos.
Rellena los modelos de declaración. Una vez tengas la documentación organizada, completa los formularios necesarios para cumplir con tus obligaciones fiscales:
Modelo 130: exclusivo para autónomos, este modelo permite realizar pagos fraccionados a lo largo del año.
Además, según tus preferencias y necesidades, puedes optar por una de las tres formas disponibles para presentar la declaración del IRPF. Aquí te indicamos las tres alternativas:
Por cuenta propia, a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria. Esta opción permite hacer la presentación de forma autónoma y en línea.
Con ayuda de un asesor fiscal o gestor. Un profesional se encargará de todo el proceso, es decir, se asegurará del cumplimiento de las obligaciones fiscales y de la optimización la declaración.
En las oficinas de la Agencia Tributaria. Solicitando cita previa, se puede presentar la declaración de manera presencial.
En el caso de las empresas, lo más recomendable es contar con asesoramiento profesional, ya que de esta forma podrás maximizar los beneficios fiscales y evitar posibles errores que podrían derivar en sanciones.
Minimizar la carga fiscal y evitar sanciones son objetivos clave para cualquier empresa al gestionar su IRPF. A continuación, te presentamos algunos consejos que te ayudarán a gestionar de forma eficiente el IRPF:
Lleva una contabilidad detallada y actualizada. Registra todos los ingresos y gastos de tu actividad y conserva los justificantes correspondientes. Esto te permitirá tener un control exhaustivo de tu situación fiscal y te facilitará la declaración del IRPF.
Aprovecha todas las deducciones y reducciones aplicables. Infórmate sobre los incentivos fiscales disponibles para emprendedores y pymes, y aplica todos aquellos a los que tengas derecho. Esto reducirá de forma significativa tu gasto fiscal.
Planifica tus ingresos y gastos. Analiza en qué momento del año te conviene facturar o realizar inversiones para optimizar tu declaración del IRPF. Por ejemplo, si prevés que tu base imponible será alta, puede interesarte adelantar gastos deducibles a diciembre para reducirla.
Cuenta con asesoramiento profesional. Un buen asesor fiscal te ayudará a cumplir con todas tus obligaciones, aprovechar al máximo las ventajas fiscales y evitar errores que puedan derivar en sanciones. Su coste será insignificante comparado con el ahorro que puede suponer.
Ahora que ya sabes qué es el IRPF, has podido comprar que se trata de un impuesto complejo que todos debemos dominar para cumplir con nuestras obligaciones fiscales. Y es que conocer los tramos, las deducciones y las reducciones aplicables, así como los plazos y los modelos para su tramitación, es esencial para una gestión eficiente del IRPF.
En este sentido, si quieres minimizar el impacto del IRPF en tu negocio, es importante llevar una contabilidad detallada, aprovechar todos los incentivos fiscales disponibles, planificar ingresos y gastos, y contar con asesoramiento profesional.
Santander X apoya a las empresas y negocios a crecer y transformarse a lo largo de las diferentes etapas de su vida: desde su lanzamiento hasta su escalabilidad. Gracias a esta red global, todo tipo de empresas pueden dar visibilidad a sus proyectos, conectar con otros miembros del ecosistema Santander y descubrir nuevas oportunidades, colaboradores y mentores que los acompañen en el proceso.
En Santander X, comprendemos que la innovación no solo proviene de los negocios, sino también de aquellos que se benefician de sus soluciones. Al contribuir en el crecimiento de un proyecto, impactamos directamente en la creación de nuevas oportunidades de comercialización y de generación de ingresos.
Visita el portal de Santander X y descubre una propuesta de valor única y personalizada con la que potenciar y dar visibilidad a tu proyecto. ¡Esta es tu oportunidad para avanzar!