“Estamos protegiendo a los sanitarios de forma sostenible”. - Tamara Chayo Romo, estudiante de Ingeniería Química y cofundadora y CEO de MEDU Protection

20/05/2022 | Tamara Chayo Romo

Desde que empezó la pandemia de la covid-19, los centros sanitarios han generado decenas de miles de toneladas de desechos médicos adicionales que ponen en peligro la salud humana y ambiental. Sin ir más lejos, solo entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) enviaron 87.000 toneladas de equipos de protección personal (EPP) a diferentes países para atender sus necesidades, la mayor parte de los cuales se han convertido en desechos tras ser utilizados.

Sin duda, resulta fundamental proporcionar a los trabajadores de la salud equipos de protección adecuados, pero también lo es garantizar que estos puedan utilizarse de forma segura, sin tener un impacto en el entorno.

Hablamos con Tamara Chayo, estudiante de Ingeniería Química, que desde su startup MEDU Protection, tras observar esta situación, decidió fabricar equipos médicos reutilizables para  reducir esta ingente cantidad de desechos. Su solución, tras superar una preselección con más de 800 proyectos locales y enfrentarse a los 36 finalistas que representaban a España, Chile, Argentina, México, Brasil y Reino Unido, ha sido una de las seis ganadoras del premio Santander X Global Award

Se trata del premio global de emprendimiento universitario más importante de Banco Santander, con el apoyo de Oxentia Foundation, cuyo objetivo es fomentar la innovación desde el ámbito universitario. En concreto, esta iniciativa ha sido una de las tres iniciativas reconocidas de la categoría Accelerate, dirigida a startups tecnológicas de alto impacto en fase de aceleración y crecimiento sostenible.

medu protection

¿En qué contexto surge la idea de vuestro proyecto?

En julio de 2020, me di cuenta de un problema a escala internacional relacionado con los equipos de protección médica que estaban utilizando los sanitarios en aquella etapa de la pandemia: se estaban cubriendo con bolsas de basura, había desabastecimiento de material en todo el mundo, no tenían mascarillas suficientes, etc. En estas condiciones paupérrimas, se enfrentaban a un nuevo virus y, además, sin saber cómo combatirlo. De hecho, muchos se infectaron, y algunos murieron. 

Dado que en mi familia hay doctores y enfermeros que estuvieron en primera línea de batalla sin estar debidamente protegidos, la situación me afectó especialmente y pensé: ¿cómo puede estar ocurriendo esto?

Fue una situación dura que te hizo reflexionar…

Así es. Sin ir más lejos, si no hubiera tenido lugar la pandemia, no hubiera creado MEDU Protection porque, a pesar de mi cercanía a la industria médica, antes de la covid-19, los residuos médicos no me generaban conflicto, ya que no estaban a la vista. Se trata de una industria muy cerrada respecto a sus normas y entorno, pero la pandemia hizo visible todo ese material de residuos, y esto me hizo identificar el problema.

En este sentido, ¿son tan alarmantes las cantidades de residuos que genera la industria médica?

Sí, según la OMS, antes de la covid-19, se generaban al año 300 mil millones de toneladas de residuos y, durante los primeros seis meses de pandemia, esta cifra se incrementó un 200 %. Estamos hablando de casi 700 mil millones de toneladas de basura

Es por este motivo que mi preocupación inicial por el desabastecimiento de material de protección sanitario se tornó en preocupación por esa ingente cantidad de residuos que se empezó a generar cuando el primer problema se fue solucionando. Sin duda, había que buscar una opción más sostenible.

¿Cómo ideaste la solución que hoy se ha constituido en la actividad de MEDU Protection?

Había trabajado en laboratorios de contención biológica en los que se utiliza un tipo de tela que impide que los virus puedan salir al exterior. Se me ocurrió que este material también podía ser eficaz para impedir la entrada del virus; es decir, utilizarlo para la fabricación de diferentes productos sanitarios de protección, como batas y trajes overol. 

Por esta razón, hicimos un primer prototipo de bata y, al constatar que funcionaba, nos dimos cuenta de que se abría una oportunidad maravillosa para conseguir que la industria médica empezara a disminuir la basura que genera.

¿Cómo fue la respuesta del primer hospital con el que contactasteis?

Queríamos probar los equipos, comprobar si se adaptaban a las necesidades de los sanitarios y ver si los hospitales podrían estar interesados. Por ello, fuimos a un hospital y les propusimos que utilizaran nuestras batas y que nos dieran feedback sin cobrarles nada por esta primera remesa

Su respuesta fue muy buena. Estaban realmente satisfechos porque ya no tenían que enfundarse en bolsas de plástico, les era mucho más cómodo ponerse y quitarse nuestro equipo, y no pasaban tanto calor. Este hospital nos hizo el primer encargo. Además, se dieron cuenta de que este cambio implicaba contribuir de manera coherente y consciente a la consecución de un mundo más sostenible.

En todo este proceso, ¿qué aspectos han sido los más complicados de abordar?

Uno de ellos ha sido toda la parte operativa. En México, todas las gestiones burocráticas y administrativas que se requieren para poder empezar a operar son complejas y se demoran mucho, lo que dilató la constitución de la empresa seis meses más de lo previsto, por ejemplo. 

Otro aspecto complicado ha sido encontrar a las personas adecuadas para el proyecto. Tener un buen equipo que disfrute realizando su trabajo y cambiando las reglas del juego es muy valioso. Si no logras conformarlo, esto puede llegar a matar la startup. Por esta razón, las personas que se suman al movimiento MEDU y que quieren ser parte de él, tienen que ir más allá de cambiar la industria médica: deben querer cambiar los hábitos en casa y ser conscientes de nuestro impacto en el mundo.

¿Y cuáles han sido los apoyos que os han ayudado a llegar hasta aquí?

El de nuestra universidad, La Salle de México, porque nos permitió desarrollar las habilidades necesarias para llegar al emprendimiento, nos ayudó a validar nuestro proyecto y, al inicio, nos dio la visibilidad que necesitábamos en los medios de comunicación para seguir creciendo. De hecho, supe de la convocatoria para el reto de Santander X Global Award por ser alumna de mi facultad. 

Por otro lado, ser una de las iniciativas ganadoras de este premio internacional nos abre las puertas a nuevos mercados, a conseguir nuevos partners y a que las personas entiendan lo importante que es que la industria médica sea sustentable.

Ayudar a las personas y a las empresas a progresar es la principal misión de Banco Santander, que incluye garantizar el acceso a los productos y servicios bancarios a toda la sociedad. En este sentido, la inclusión financiera es fundamental para la reducción de la desigualdad y la creación de nuevas oportunidades

De ahí la importancia de la existencia de iniciativas como Santander X, una plataforma que pretende impulsar el talento de proyectos como MEDU Protection, creando una red global en la que los emprendedores puedan dar visibilidad a sus proyectos, entrar en contacto con otros miembros del ecosistema Santander X y encontrar nuevas oportunidades, colaboradores y mentores que les ayuden en el desarrollo de su proyecto.

Además, Santander X entiende que la innovación no es solo cosa de los emprendedores, sino también de las personas a las que sirven sus soluciones. De esta manera, al empoderar a las empresas para que crezcan, Banco Santander está impactando directamente en las vidas y negocios de sus clientes y proporcionando nuevas oportunidades de comercialización y generación de ingresos.

Si, como MEDU Protection, quieres dar alas a tu proyecto, consulta el portal de Santander X, donde encontrarás un amplio abanico de iniciativas de formación enfocadas en impulsar y dar visibilidad al emprendimiento. ¡Aprovecha esta oportunidad!

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Tamara Chayo Romo, estudiante de Ingeniería Química y cofundadora y CEO de MEDU Protection